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Estos contenidos están tomados de la siguiente publicación: “Los
aspectos económicos del deporte”, José M. Domínguez, Colegio de
Economistas de Málaga, 2006.

Principales aspectos de la actividad deportiva desde la perspectiva del análisis económico

De entrada, cabe señalar que el análisis económico general de una actividad debe centrarse en el examen de las características técnicas de dicha actividad, a fin de dilucidar si la misma será o no adecuadamente suministrada por el mercado y, en este último supuesto, determinar la posible intervención correctora por parte del sector público.

Pero, antes incluso de adentrarnos en esa tarea, podría ser legítimo plantearse la pregunta de por qué estudiar la Economía del deporte. Una respuesta casi automática podría ser que el deporte representa una parte sustancial del producto interior bruto de las economías nacionales. Pues bien, los propios especialistas de la Economía del deporte se apresuran a señalar que esta creencia es bastante errónea y, en su lugar, destacan que la justificación principal radica en que el mercado del deporte plantea cuestiones económicas verdaderamente fascinantes.

Ahora bien, cuando se estudia el deporte desde un punto de vista económico, puede no ser ocioso, a fin de evitar posibles equívocos, diferenciar entre economía y Economía, dado que en castellano no disponemos, como, por ejemplo, en el inglés, de dos palabras diferentes (economy y economics) para designar dos ámbitos diferentes: por una parte, la economía del deporte, esto es, la actividad económica ligada al deporte, que, por lo que concierne a su cuantificación, se convierte en una cuestión eminentemente contable o estadística; por otra parte, hay que contemplar la Economía del deporte, es decir, el estudio del comportamiento de los agentes económicos que intervienen en el mercado deportivo y de los procesos de toma de decisiones asociadas1. Cada uno de los agentes que intervienen en el mercado del deporte (utilizando el término mercado en sentido lato) se enfrenta a una serie de decisiones económicas a adoptar, como las que, de forma ilustrativa, se recogen en el recuadro 1.

Recuadro 1

Volviendo a lo anteriormente señalado, son numerosas las razones que hacen que la Economía del deporte sea especialmente interesante e intrigante (Sandy et al., 2004):

  • Así, por ejemplo, los equipos profesionales son usualmente monopolios locales que tienen concedidas excepciones respecto de las disposiciones antimonopolio.
  • La industria del deporte es única en el sentido de que las detalladas estadísticas permiten estimar la relación entre la actuación deportiva y los ingresos, tanto de los deportistas como de los clubes.
  • Existe un manifiesto interés del público por las retribuciones de los deportistas profesionales, que contrasta con el desinterés hacia los emolumentos de otras ocupaciones también con gran notoriedad pública.
  • El rasgo esencial de una competición deportiva es la incertidumbre sobre el resultado.
  • A diferencia de lo que ocurre en otras industrias, cada oferente necesita el producto de sus competidores para lograr un producto. 
  • Por último, entre otros muchos aspectos, es destacable la extraordinaria descentrabilidad y autonomía que caracterizan la práctica del deporte no organizado, de modo que cada persona o grupo de personas pueden practicarlo de manera individual o colectiva, lo que le atribuye un rasgo que no encuentra parangón en otras actividades.

Asimismo, puede comprobarse cómo el deporte profesional presenta múltiples aspectos diferenciales respecto a otras actividades económicas, algunos ya mencionados en la anterior relación:

  • La incertidumbre del resultado es clave para el análisis de la demanda.
  • En una serie de deportes, el público se convierte en un elemento intrínseco al proceso de producción, en la medida en que participa de forma activa en el espectáculo, estimula a los deportistas y, en ocasiones, llega a condicionar los resultados deportivos.
  • Importancia de los aspectos sociológicos: la influencia del deporte va mucho más allá de los límites de un estadio deportivo. Incluso personas que nunca han accedido a presenciar un encuentro o una competición deportiva mantienen una actitud personal hacia los eventos deportivos y a sus resultados. En un gran número de casos el deporte presenta, al menos parcialmente, características de bien colectivo, al generar efectos externos de ámbito local, regional, nacional o internacional.
  • Los deportistas profesionales, al margen de sus retribuciones económicas, pueden disfrutar de la práctica del deporte. Al propio tiempo el deporte posibilita crear una imagen de la que pueden derivarse importantes derechos económicos.
  • El deporte, sobre todo gracias a las posibilidades que brindan los medios de comunicación, puede convertirse en un espectáculo de extraordinario alcance. De hecho, puede afirmarse que históricamente el deporte ha sido un precursor de la globalización.
  • La actividad deportiva está siempre sujeta a la influencia del factor azar: una buena organización y una ajustada planificación empresariales nunca pueden llegar a garantizar la obtención de unos resultados deportivos óptimos.
  • Igualmente, la actividad deportiva ha de hacer frente a los problemas derivados de la imposibilidad de utilización de recursos básicos durante algún tiempo, a causa de lesiones, sanciones, participación en concentraciones de selecciones nacionales…
  • Las competiciones deportivas tienden a propiciar la aparición y consolidación de grandes diferencias entre los clubes, como consecuencia de la creación de círculos virtuosos (vg., poder económico-éxito deportivo-fortalecimiento económico), en unos casos, y de círculos viciosos (vg., debilidad económica-fracaso deportivo-deterioro económico), en otros. No obstante, en no pocas ocasiones, el éxito deportivo llega a desatar una euforia económica capaz de generar una dinámica fuera de control que puede llegar a tener consecuencias finales verdaderamente estrepitosas sobre la viabilidad empresarial. En contraposición, unos mediocres resultados deportivos pueden ser fruto de una buena gestión económica.
  • A diferencia de lo que ocurriría con una empresa convencional, cuya posición particular mejoraría con un aumento ilimitado de su poder de mercado, en el deporte profesional una situación de monopolio absoluto llevaría a la incapacidad de obtener ingresos (al menos en el mercado nacional).
  • También el problema del denominado azar o riesgo moral puede estar presente en el ámbito del deporte. La trascendencia social y política de algunos clubes puede dar lugar a que, ante la fundada posibilidad de contar con un respaldo público de último recurso, algunas entidades puedan incurrir en situaciones económicas insostenibles. Por el contrario, aquéllas que hayan optado por una gestión prudente pueden, a la postre, resultar perjudicadas en términos comparativos. La vigente legislación del deporte en España ha venido a corregir en gran parte la referida situación.
  • El desarrollo de las competiciones deportivas está dirigido por jueces, sujetos a errores humanos, y cuyas apreciaciones y decisiones pueden llegar a adquirir un indebido protagonismo. Mientras que en algunos deportes comienzan a incorporarse medios técnicos de apoyo a la labor arbitral, otros siguen apelando exclusivamente a la capacidad perceptiva humana.
  • La realización de la actividad productiva exige habitualmente disponer de instalaciones, que pueden requerir cuantiosas inversiones.
  • La celebración de eventos deportivos de masa origina efectos externos negativos (aglomeraciones…) y obliga a la dedicación de recursos públicos (servicios policiales…). En determinados deportes son bien conocidas las consecuencias de actuaciones descontroladas por parte de determinados colectivos de aficionados.
  • Las organizaciones deportivas presentan la peculiaridad de que sus activos son simbólicos e intangibles, como los derechos exclusivos para la organización de competiciones.
  • En un deporte de espectadores, los problemas de estimación de las elasticidades-precio de demanda y las elasticidades cruzadas se complican. Las relaciones simples demanda-precio (i.e., curvas de demanda) son inapropiadas, puesto que el consumo se distribuye a lo largo de una temporada, lo que introduce una dimensión temporal en la curva de demanda. Otro aspecto de la relación demanda-precio es el factor calidad. Por otro lado, el consumo se distribuye geográficamente, lo que implica que cada deporte tenga un mercado localizado. Esto propicia, a su vez, que cada club tenga un aspecto de poder de monopolio local. La posibilidad de que, en algunos casos, se ofrezcan encuentros por televisión a un coste marginal nulo, es un elemento a considerar en el análisis de la demanda, aun cuando es evidente que la influencia de los factores ambientales hace que la asistencia a un encuentro y su seguimiento por televisión no puedan catalogarse como productos equivalentes y sustitutivos perfectos entre sí. Los avances tecnológicos han determinado que un bien colectivo puro como las retransmisiones por televisión puedan someterse al principio de exclusión y sujetarse al pago de un precio.

Discernir la naturaleza económica del deporte requiere, en primer término, reseñar los beneficios y costes de la actividad para los participantes en ella, así como para la sociedad. Puede afirmarse que el deporte es un bien que presenta un perfil multidimensional, como han señalado Gratton y Taylor (1985) (recuadro 2)2:

Recuadro 2
  • Por una parte, es un bien de consumo no duradero, lo que se concreta en el disfrute del deporte en el momento de realizar una actividad, con total abstracción de las repercusiones desde el punto de vista de la salud y de otras posibles implicaciones.
  • También es un bien de consumo duradero, en la medida en que los beneficios de una mejor forma física afluyen a lo largo del tiempo. 
  • La obtención de un mejor estado de salud puede ir asociada a un menor absentismo laboral motivado por las enfermedades y a una mayor productividad en el trabajo, lo cual, según la teoría del capital humano, llevaría aparejado unos mayores ingresos. Desde esta perspectiva, la actividad deportiva se convierte en un bien de inversión, que el individuo adquiere a fin de mejorar su productividad.
  • Por otro lado, para algunas personas, la inversión de tiempo y esfuerzo en entrenamiento les permite obtener un rendimiento pecuniario de la actividad deportiva en sí misma. Desde una perspectiva económica, el deportista profesional invierte en entrenamiento para poder formar un capital que pueda explotar en el mercado y así lograr una forma de sustento económico. Asimismo, la consolidación de una buena imagen pública puede representar una fuente complementaria de ingresos presentes y futuros.
  • Adicionalmente, el deporte presenta otro beneficio como bien de capital, toda vez que, a través de la participación en el mismo, los individuos pueden ser más activos en la realización de otras actividades.
  • Finalmente, la práctica del deporte va asociada a la obtención de importantes beneficios psicológicos.

1 Moati (1989) diferencia los siguientes niveles de análisis económico: macroeconómico (importancia relativa del deporte en el conjunto de la economía), microeconómico (comportamiento, decisiones individuales y posibles interrelaciones entre hogares, empresas y sector público) y mesoeconómico (cadenas de producción).

2 Dicha explicación se sustenta en la teoría de la utilidad esperada de Von Neumann y Morganster. La escasa atención mostrada por la Economía experimental al deporte impide validar la correspondencia de los supuestos teóricos con el comportamiento humano en esta materia.

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