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¿Es rentable la Fórmula 1?

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La Fórmula 1 (en adelante F1), conocida por ser la máxima categoría del automovilismo de competición, siempre ha estado rodeada de un halo de glamour y exclusividad. Pero más allá del rugido de los motores y la pasión por la velocidad, existe una pregunta que resuena con fuerza: ¿es rentable la F1? Para dar respuesta a esta cuestión, es necesario desgranar los diferentes aspectos que entran en juego en la rentabilidad de este deporte: los equipos, los pilotos, las sedes y, por supuesto, los patrocinadores.

Los equipos y los pilotos

Para los equipos de F1, el coste de participación puede ser extremadamente elevado. La inversión en tecnología, investigación y desarrollo de los vehículos, así como los salarios de los pilotos, pueden alcanzar cifras estratosféricas. Sin embargo, los equipos con más éxito también generan ingresos significativos a través de premios por desempeño, derechos de retransmisión y acuerdos de patrocinio.

Los pilotos, por su parte, suelen recibir salarios considerablemente altos, especialmente aquellos que han demostrado su posición y experiencia en el circuito. Además, los pilotos más destacados pueden obtener ingresos adicionales a través de patrocinios individuales y contratos de imagen, lo que puede aumentar sustancialmente sus ganancias.

En este sentido, la rentabilidad para los equipos y los pilotos puede variar enormemente, siendo los más beneficiados aquellos que consiguen mejores resultados y, por ende, mayores ingresos.

Un ejemplo es Force India, que en 2018 se declaró en quiebra. De acuerdo con información recogida por el medio Autosport[1], el equipo con raíces indias se encontraba en una precaria situación financiera, que le llevó a declararse en bancarrota. Este evento se produjo tras una serie de dificultades económicas imposibilitaron la obtención de los fondos suficientes para llevar a cabo las actividades de la escudería. Como consecuencias más destacadas, no pudo cumplir los compromisos pactados con Mercedes por el suministro de motores, ni pudo satisfacer el pago del salario del que era su piloto, el mexicano Checo Pérez.

Las sedes y las ciudades anfitrionas

Las ciudades que tienen el privilegio de albergar los Grandes Premios de F1 desempeñan un papel decisivo en la rentabilidad del campeonato. Celebrar un evento de tal envergadura puede traducirse en un impulso significativo para el turismo local y una notable exposición mediática, generando así un impacto económico positivo. Sin embargo, esta gran oportunidad viene acompañada de costes sustanciales, incluyendo la necesidad de construir o mejorar infraestructuras existentes y cubrir los gastos operativos del evento.

Dentro de este contexto, podemos observar casos emblemáticos que representan el éxito o las dificultades que pueden surgir en la organización de estos eventos. Por un lado, nos encontramos con la prometedora proyección del futuro Gran Premio de Las Vegas. Greg Maffei, consejero delegado de Liberty Media, la entidad propietaria de la F1 desde 2017, ha expresado un optimismo contundente respecto a lo que este evento puede significar para el mundo del automovilismo.

Previsto para noviembre de 2023, el Gran Premio de Las Vegas simboliza una inversión segura y ambiciosa que ronda los 500 millones de dólares, destinados a la adquisición de terrenos y creación de infraestructuras de primera categoría, incluyendo un nuevo paddock. La meta es clara: abrir la F1 a nuevos aficionados, como es el mercado estadounidense, y escribir un capítulo dorado en su historia.

En contraste, resalta la experiencia vivida con el Gran Premio de F1 de Valencia. En 2015, se evidenció una repercusión económica considerablemente negativa para las arcas públicas, derivada principalmente de los altos costes de operación del circuito. La Consejería de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio de la Generalitat Valenciana calculó un desembolso total de más de 98 millones de euros, a lo que se añadió una inversión adicional de 32,5 millones de euros para el rescate financiero de Valmor Sports, la empresa organizadora.

Este análisis bidimensional de casos de éxito y fracaso en la organización de Grandes Premios de F1 pone de relieve la diversidad de resultados que puede conllevar la organización de un evento de tal magnitud. Mientras Las Vegas se prepara para brindar una experiencia renovada y atractiva para los fans, el caso de Valencia sirve como recordatorio de los riesgos financieros inherentes a estos grandes despliegues. Ambos ejemplos reflejan la importancia de una planificación meticulosa y una gestión financiera prudente para asegurar el éxito y la rentabilidad de estos eventos a gran escala.

Los patrocinadores y los derechos de transmisión

El papel de los patrocinadores en la F1 es indudablemente central. Las empresas que patrocinan equipos o eventos de F1 a menudo están dispuestas a invertir grandes sumas de dinero, buscando beneficiarse de la enorme visibilidad y exposición que proporciona este deporte a nivel global.

Además, los derechos de transmisión representan una fuente significativa de ingresos para la F1. Las cadenas de televisión de todo el mundo pagan cuantiosas sumas para poder transmitir las carreras, lo que genera un flujo constante de ingresos.

En esta línea, la F1 ha sabido capitalizar su popularidad y alcance global, estableciendo relaciones lucrativas con patrocinadores y emisoras, lo que ha contribuido significativamente a su rentabilidad.

¿Es rentable la F1?

Tras un periodo de adversidad en 2021, en el que se reportaron pérdidas por 120 millones de dólares, el Grupo Fórmula 1 ha revirado su trayectoria financiera, cerrando la temporada 2022 con unos beneficios de 562 millones de dólares.

Fuente: elaboración propia.

Este resurgimiento se vio reflejado también en el volumen de negocio, que experimentó un crecimiento del 20% respecto a la temporada anterior, alzándose hasta los 2.500 millones de dólares en ingresos. Una revisión más detenida de estas cifras revela que los ingresos provenientes de la promoción de carreras, los derechos de retransmisión y los patrocinios fueron los pilares fundamentales que sostuvieron este notable incremento, contribuyendo con el 28,6%, 36,4% y 16,9% del total, respectivamente.

Otro motor significativo de este crecimiento fue el notable incremento en la asistencia a los circuitos, que se disparó un 36%, comparado con la temporada 2019, congregando una cifra de 5,7 millones de espectadores.

Stefano Domenicali, consejero delegado de la F1, no ha dudado en expresar su satisfacción ante estos resultados, destacando que el año 2022 marcó un récord de asistencia a las carreras[2]. Domenicali subrayó que la F1 no solo volvió a dominar en términos de crecimiento en las redes sociales, sino que continúa innovando para fomentar la participación de los aficionados. En este sentido, mencionó la mejora sustancial en los contenidos disponibles en F1 TV, la presencia activa en canales sociales y el desarrollo de experiencias inmersivas únicas, tales como los productos F1 Arcade y F1 Exhibition, que buscan llevar el entusiasmo por las carreras a un nuevo nivel.

Con estos resultados alentadores, la Fórmula 1 se consolida como un gigante en el ámbito deportivo, demostrando una capacidad resiliente para recuperarse y alcanzar nuevos horizontes de éxito y popularidad.


[1] https://www.autosport.com/f1/news/force-india-formula-1-team-goes-into-administration-5293423/5293423/

[2] https://www.motorsport.com/f1/news/f1-revenue-boosted-to-25-billion-in-2022-amid-record-fan-attendance/10437945/


Fuente de la imagen: De Agence de presse Meurisse – Bibliothèque nationale de France, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16875738

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