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Deportistas y sus inversiones: claves de educación financiera

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Alcanzar la cima en el mundo del deporte no solo se traduce en aplausos y medallas. Para muchos atletas profesionales, esto significa ingresar en unos pocos años lo que a una persona promedio le llevaría toda una vida. Claro está, cómo gestionan ese dinero marca una gran diferencia: mientras algunos lo gastan rápidamente, otros optan por invertirlo sabiamente, asegurando así su libertad y estabilidad financiera tras colgar las botas.

Invertir es, en esencia, hacer que tu dinero trabaje por ti. Esto implica comprar activos con potencial de revalorización, como acciones, metales preciosos o propiedades inmobiliarias, y luego utilizar los rendimientos para sostener el estilo de vida deseado. Sin embargo, aquí entra en juego un factor de riesgo: no siempre estos activos se revalorizan, existiendo la posibilidad de perder parte o la totalidad de la inversión.

Incluso para los atletas con ingresos astronómicos, el tener más capital disponible para inversiones no les exime de seguir los pasos esenciales en la preparación para invertir. Así como un entrenamiento riguroso es fundamental en el deporte, una planificación cuidadosa y el asesoramiento adecuado son clave en el mundo de las inversiones.

Independientemente de tu situación económica, tener un plan financiero es vital. Esto debería empezar por lo básico: un presupuesto y una estrategia de ahorro. Lo primero es crear un fondo de emergencia que cubra tus necesidades básicas durante varios meses, por si acaso tus ingresos se interrumpen. Luego, puedes empezar a considerar el capital de riesgo, ese dinero que, en el peor de los casos, podrías permitirte perder sin desestabilizar tu situación económica. Y si tienes deudas, lo más sensato es enfocarte en liquidarlas antes de pensar en invertir.

Si eres atleta, seguramente ya cuentas con un equipo de profesionales que te apoyan, como un agente o un asesor legal. A esta lista deberías añadir un asesor financiero si es que aún no cuentas con uno. Este experto no solo te ayudará a mantener tus emociones a raya para evitar malas decisiones de inversión, sino que también te guiará para que entiendas por qué un plan de inversión a largo plazo suele ser más beneficioso que caer en la tentación de esquemas de enriquecimiento rápido, los cuales pueden ser muy arriesgados o incluso fraudulentos.

Elaborar un plan de inversión con ayuda de tus asesores no significa que debas delegar todas las decisiones. Es crucial que desarrolles tu propio entendimiento y habilidades para evaluar las inversiones. Una investigación propia y diligente es esencial antes de comprometer tu dinero.

Entender el riesgo asociado con diferentes tipos de inversión es fundamental. Cada inversión implica un balance entre riesgo y recompensa; a mayor riesgo, potencialmente mayores ganancias. Pero el objetivo debería ser maximizar las recompensas minimizando los riesgos, lo cual requiere de un conocimiento profundo y una estrategia bien pensada.

Gestionar el riesgo en tus inversiones es un arte en sí mismo. No puedes eliminarlo por completo, pero sí puedes minimizarlo. La estrategia clave aquí es la diversificación. Habla con tu asesor financiero para distribuir tu dinero en distintos tipos de inversiones. De esta manera, no todo tu capital depende de un solo sector o mercado. Si una inversión disminuye su valor, otra puede estar subiendo, equilibrando así las rentabilidades o reduciendo las pérdidas.

Recuerda, ninguna inversión es 100% segura. Siempre ten un plan de salida para cada inversión que hagas. Conoce la liquidez de tus activos: cuán rápido y fácil puedes convertirlos en efectivo. Esto es crucial para tomar decisiones informadas, especialmente si una inversión no va según lo planeado.

Invertir es hacer que tu dinero trabaje para ti, liberándote de la necesidad de trabajar por dinero. Cuanto antes empieces a invertir, más temprano comenzarás a ver los resultados de tus esfuerzos. Pero para que tu plan de inversión realmente funcione, debe estar alineado con tus metas personales y tu nivel de comodidad con el riesgo. Piensa en tus objetivos a largo plazo y en cómo tus inversiones pueden ayudarte a alcanzarlos.


Fuente de la imagen: By Tysto – Own work, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=511409

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